Los dispositivos inteligentes (altavoces, cámaras, bombillas, termostatos, etc.) simplifican la vida, pero también pueden ser una puerta de entrada para los atacantes si no los configuramos correctamente. Para proteger tu hogar conectado, sigue estas recomendaciones:
- Investiga antes de comprar: revisa la reputación del fabricante y comprueba si publica actualizaciones de seguridad y políticas de privacidad transparentes.
- Cambia las contraseñas predeterminadas y usa contraseñas únicas: muchos dispositivos vienen con contraseñas por defecto fáciles de adivinar. Cambia la contraseña y utiliza combinaciones largas y únicas para cada dispositivo. Si es posible, habilita la autenticación multifactor.
- Desactiva funciones que no necesitas: algunos dispositivos tienen servicios de acceso remoto o características que nunca utilizarás. Desactívalas para reducir la superficie de ataque.
- Revisa los ajustes de privacidad y comparte sólo lo necesario: verifica qué datos recolecta el dispositivo y ajusta los permisos de forma estricta.
- Actualiza el firmware y las apps regularmente: habilita las actualizaciones automáticas para asegurarte de que siempre tienes los últimos parches de seguridad.
- Separa tu red doméstica: crea una red Wi‑Fi para invitados o específica para tus dispositivos IoT y otra para tus ordenadores y teléfonos. Así, si un dispositivo se compromete, el atacante no accederá a tus datos más sensibles.
Además, recuerda desconectar o eliminar dispositivos que ya no uses y revisar periódicamente los dispositivos conectados en tu router. Siguiendo estas buenas prácticas minimizarás el riesgo de que alguien acceda a tu hogar inteligente.